jueves, abril 14, 2005

Todo es un gran juego.

Así podría definir mi día...

Parto con algo super simple: Hablar de scouts me apasiona, me gusta.. me llena. Creo que si me pagaran por eso, aprovechando que no poseo alguna otra fuente de ingresos, sería feliz y me dedicaría en un cien por ciento sin pensarlo dos veces. Hago esta acotación porque hoy llegó Pepe, un nombre puesto también por Mía, para instruirla un poco acerca de cómo hacer programas, evaluaciones y alguna que otra actividad. Junto a Vilti, terminamos haciendo algunas danzas que ella puede aplicar con ese remedo de "muchachitas aspirantes a scouts" que tiene a cargo. Y debo decir que Pepe realmente tan, tan, tan arrítmica no es puesto que, por lo menos, consiguió seguir medianamente bien lo que íbamos enseñándole... si hasta con gracia lo hizo... y eso ya es decir mucho.

Hablamos de juegos, formas... métodos... todo un mundo en el cual me siento demasiado bien. Nací para esto y creo que nadie puede poner en duda mi afirmación.

Luego me dió algo similar a una pseuda-depresión sin fundamentos... comencé a evaluar sin darme cuenta mi presente y realmente lo encontré desastrozo, sin una base sólida en ningún sentido y dándome cuenta que me he levantado los últimos días esperando la noche para poder acostarme otra vez... es extraño, pero es la misma sensación que tenía hace años atrás. Una involución está pasando por mí al parecer.

Wild llegó sin previo aviso y aprovechamos de comer algo.. bueno.. comí demasiado. Insisto que si sigo así terminaré subiendo aquellos kilos los cuales he evitado por mucho tiempo. No me complica engordar... lo que me complica realmente es que dentro de todas mis mañas está la de comprarme ropa en la talla justa, y si subo una, creo que tendré que renovar mi ropero y recursos monetarios-financieros-económicos no tengo como para efectuar tamaña inversión. En fin.

Estuvimos pelando cables un rato mientras Pepe se despedía. Producto de mi baja de ánimo, nos fuimos a jugar unas mesas de pool, Vilti y Wild.

Un juego más. Otro más.

En el camino nos encontramos "fortuitamente" con la Tribu pero a la cual faltaba Angelito, la que supuestamente iba a llegar, pero nunca ocurrió. La Tribu está integrada por Mía, Pepe, Angelito, Karo y Zuly. Zuly es un ser fuera de lo común, demasiado especial diría yo. Es bastante intrigante por así decirlo, para nada de forma maliciosa, sino más bien, todo lo contrario... una suerte de transparencia oculta. Creo que a ella le vendría de cajón el pseudónimo de Angelito, de aquellos que sabes que existen, que son algo así como inmaculados, pero aún cuando puedas verlos parecen ser muy lejanos y que no perteneciesen a todo lo que puedas conocer.

Logramos conseguir dos mesas cercanas. Una para la Tribu y otra para el grupo original, pero tal como hizo el alcance Mía, en una estaban las inexpertas y en la otra los expertos. Hay que necesariamente aclarar que los expertos merecen el título sólo porque tienen la "experiencia" de haber jugado un par de mesas más y no precisamente porque sean unos grandes talentos en el arte de embocar las bolas. En esa mesa he de incluirme.

Haciendo una analogía clara con mi juego de pool, mi vida es muy similar. Creo que por lo mismo me fascina golpear las bolas intentando embocarlas al primer golpe. En mi presente he golpeado bastantes... algunas las cuales cayeron ya sea por mi buena puntería en la buchaca que tenía en mente y sino, de suerte, fueron a dar a otra pero dándome los puntos necesarios para ganar la mesa. Como así también golpeé bolas que ni dieron en la buchaca que yo tenía y salieron en una dirección que lo único que logró fue darme puntos en contra. Dicen que en los juegos se pierde y se gana, pero ¿qué hacer cuando pensaste, meditaste, calculaste distancia y hasta talco te echas en las manos para realizar un gran golpe y aún así no se dió el resultado esperado?. No sé cómo reaccionar ni cómo volver a tener la confianza de coger firmemente el taco y dar un nuevo golpe.

Antes de finalizar dos mesas de pool bastante peleadas y en las que, con algo de suerte salí victorioso, la Tribu se retiró. Algo pasó.. no sé.. en el ambiente se notaba algo denso, como cuando te levantas de madrugada en mi querida Quebrada de la Chimba y la camanchaca que cae te impide ver y hasta te incomoda un poco. Bueno... así me sentí yo, algo incómodo.

Pepe se quedó jugando con nosotros, saboreando el amargo sabor de la derrota. No sé si por la mesa o por no sé qué cosas... simplemente sintió ese sabor.

¿Dentro de mi presente soy realmente un jugador o sólo una bola?... o tal vez un taco... no lo sé.. quizás obtengo ese papel dependiendo de las circunstancias. Últimamente me he sentido más bola que jugador y eso me ha puesto bastante incómodo.

A fin de cuentas sé que soy parte de un juego... y hoy, eso me quedó bastante claro.

1 Comments:

Blogger Giscobra said...

Querido amigo, siguiendo con la analkogía de K, asumo que te toca ser taco... ja ja ja... dejando detrás las camanchacas, para mí estuvo buena la salida... debemos repetirla, pero esta vez o me enseñan ustedes o esperan que aprenda solita para no dar tanta vergüenza... tendrán paciencia para superar mis ataques de risa???
Mía...

2:58 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home