Dias de ayuda.
No pensé que los días de cesante me servirían más que para aumentar mi vicio al cigarro. Pero no. Fue diferente.
Aunque quienes me conozcan no lo crean, he dejado la cafeína casi por completo, puesto que por culpa de mi bro he tenido que incluir dentro de mi dieta esas cosas que come la gente común: vitaminas, carbohidratos, proteínas... etc... etc... De hecho, hasta un par de kilos más he de subir si sigo así. No lo comparto pero mis cercanos lo piden a gritos.
Mi parte emocional también ha cambiado. Logré sortear con éxito mi depresión post-despido a punta de películas entre amigos, levantadas tarde, y personas también. Aquellas que en un primer momento quise obviar, pero que llegado el momento justo se acercaron... y demasiado, por así decirlo. Es un tira y afloja permanente que confunde, que hace recordar antiguas ventanas que cerré en más de una vez también. Tal vez como dijo alguien hoy, tal vez fue sólo interés del momento, algo pasajero y "no pretendas construir una casa cuando aún quedan vestigios de la estructura anterior. Haz de destruir toda huella de aquella para que sea sólida y duradera". En fin. De todas formas no pretendo volver a hacer las cosas que hice hace un tiempo atrás; incluso, hasta lo prometí. Sé que esta vez depende un 30% de mí y eso es un gran alivio.
Alivio entre comillas. Entré al Blog de Mía y tal como lo conversé con ella, me dió más de un "dato" para asumir una postura. Le doy gracias por ello.
Debo encontrar un nuevo trabajo y eso es lo que más me apremia en estos momentos. Ya comienza a desaparecer el maldito metálico y digamos que mi dosis diaria de nicotina será la mayor perjudicada en todo este proceso. Espero pronto llegar a aquel lugar que albergue mis fuerzas y mis ganas... todas aquellas ansias que brotan cuando enciendo un cigarillo. Y aunque suene paradójico, o tonto incluso, el quemar lentamente cada uno de estos cilindros nicotinosos vitaminas para el cáncer, como decía con mi primo, el flaco, siento como si el humo que exhalo en cada bocanada es similar a cada sentimiento que en mí va brotando. Es simple de entender y como dije una vez: EL QUE TIENE OIDOS QUE OIGA..
Mía y Vilti (apodo puesto por ella y no sabiendo su origen), ven la archicomentada parte tres del Señor de los Anillos, en un silencio algo incomprensible en dos seres que dentro de sus virtudes se encuentra el comentar lo que ven. Que se entienda que no es una crítica ni constructiva ni lo opuesto... sólo un alcance.
Tengo muchas ganas de escribir... de muchas cosas. Creo que mi mayor error y lo que impide continuar, es haber hecho esto tan público. En un principio pensé en algo privado, mío, íntimo... hasta que no sé cómo ni cuándo ni por qué, fue una dirección de dominio popular. ¿Creo otro?.. no creo que sea necesario, puesto que aquello que omito lo hablaré en su preciso momento y ahí estas palabras ya no tendrán validez alguna.

Aunque quienes me conozcan no lo crean, he dejado la cafeína casi por completo, puesto que por culpa de mi bro he tenido que incluir dentro de mi dieta esas cosas que come la gente común: vitaminas, carbohidratos, proteínas... etc... etc... De hecho, hasta un par de kilos más he de subir si sigo así. No lo comparto pero mis cercanos lo piden a gritos.
Mi parte emocional también ha cambiado. Logré sortear con éxito mi depresión post-despido a punta de películas entre amigos, levantadas tarde, y personas también. Aquellas que en un primer momento quise obviar, pero que llegado el momento justo se acercaron... y demasiado, por así decirlo. Es un tira y afloja permanente que confunde, que hace recordar antiguas ventanas que cerré en más de una vez también. Tal vez como dijo alguien hoy, tal vez fue sólo interés del momento, algo pasajero y "no pretendas construir una casa cuando aún quedan vestigios de la estructura anterior. Haz de destruir toda huella de aquella para que sea sólida y duradera". En fin. De todas formas no pretendo volver a hacer las cosas que hice hace un tiempo atrás; incluso, hasta lo prometí. Sé que esta vez depende un 30% de mí y eso es un gran alivio.
Alivio entre comillas. Entré al Blog de Mía y tal como lo conversé con ella, me dió más de un "dato" para asumir una postura. Le doy gracias por ello.
Debo encontrar un nuevo trabajo y eso es lo que más me apremia en estos momentos. Ya comienza a desaparecer el maldito metálico y digamos que mi dosis diaria de nicotina será la mayor perjudicada en todo este proceso. Espero pronto llegar a aquel lugar que albergue mis fuerzas y mis ganas... todas aquellas ansias que brotan cuando enciendo un cigarillo. Y aunque suene paradójico, o tonto incluso, el quemar lentamente cada uno de estos cilindros nicotinosos vitaminas para el cáncer, como decía con mi primo, el flaco, siento como si el humo que exhalo en cada bocanada es similar a cada sentimiento que en mí va brotando. Es simple de entender y como dije una vez: EL QUE TIENE OIDOS QUE OIGA..
Mía y Vilti (apodo puesto por ella y no sabiendo su origen), ven la archicomentada parte tres del Señor de los Anillos, en un silencio algo incomprensible en dos seres que dentro de sus virtudes se encuentra el comentar lo que ven. Que se entienda que no es una crítica ni constructiva ni lo opuesto... sólo un alcance.
Tengo muchas ganas de escribir... de muchas cosas. Creo que mi mayor error y lo que impide continuar, es haber hecho esto tan público. En un principio pensé en algo privado, mío, íntimo... hasta que no sé cómo ni cuándo ni por qué, fue una dirección de dominio popular. ¿Creo otro?.. no creo que sea necesario, puesto que aquello que omito lo hablaré en su preciso momento y ahí estas palabras ya no tendrán validez alguna.

Verás, lkos días pasan y, como lo dice tu título, paciencia es la clave... y como dice su amigazo Vilti, el tiempo es quien finalmente habla y nos lo dice todo... Nada más puedo decir, salvo que a ratos me da peso de conciencia eso de andar entregando datos, me siento algo traidora. Pero es el peligro de todo esto: eso de no saber quien leerá finalmente nuestras palabras. es también lo importante. ¿Quién escribe para ser leido por nadie? Si deseas en verdad eso, te aconsejo entonces que nunca escribas en un blog: cuando las palabras entran en la red, dejan de ser tuyas y se vuelven patrimonio de la nada...
Mía...
Pucha... no era mi intención validar el que alguien lea tu diario de vida... en todo caso, entre nos, nunca escribí en un diario de vida... mis hermanas lo leían, en mi casa la palabra privacidad no existía...
Mía...