domingo, mayo 21, 2006

El extraño vínculo de la amistad.


"Yo quiero tener un millón de amigos y así más fuerte poder cantar".
Así decía la letra de una antigua canción. Creo que más de uno puede considerarse afortunado al sentirte rodeado de seres quienes profesan el sentimiento aquel; dichosos por decirlo poco. La amistad es una hermosa bendición de Dios, eso todos lo sabemos, y también se dice que un amig@ es un herman@ que se elige. Bueno, ideas, fundamentos, paradigmas, hay muchos.

De los beneficios de la amistad no hay duda alguna, sin embargo quiero poner en el tapete una arista muchas veces discutida pero muy pocas veces acordada y/o resuelta: La amistad entre géneros opuestos; "entre un hombre y una mujer". ¿Es realmente posible?.

Partamos por lo básico.

Digamos que para consider a alguien como "serio candidato al honorable sitial de amig@", debe poseer ciertas características que evaluamos inconscientemente. Si nuestro cuerpo y cerebro responden positivamente a éstas, podemos decir que existe una posibilidad concreta. Insisto, todo este proceso es inconsciente.

Es tal vez algo enredado, sin embargo quiero resumir el párrafo anterior en una palabra:Atracción. Entonces un amig@ es una persona por la cual sientes algún grado de atracción, no físico, sino más bien de personalidad por llamarle de alguna forma. Si te pones a analizar esto, te darás cuenta que tan descabellado no lo es. Es importante recalcar que en ningún momento he dicho que en cada amigo vemos una pareja (a pesar de nuestra esencia atábica poligámica), sino que una parte de ellos nos es atractivo, sólo eso.

Cuando este ser es del mismo sexo, obviamente no existe mayor problema. Salvo cuando para a quien le sucede, las relaciones de pareja entre el mismo género no es un gran obstáculo. Sabes bien a qué me refiero. Pero cuando esta persona amig@ es del sexo opuesto y comenzamos a ver cualidades, se comienza a hilar demasiado fino. Se da comienzo a una finísima linea que torna en lo peligroso. Huele a peligro. ¿Quién puede decir, de corazón, que nunca se ha sentido atraído, más de la cuenta, por un amig@?. Poquísimos, por no generalizar.

Si a esta atracción le sumas como factor la soltería, los resultados pueden ser realmente sorprendentes.

Es verdad. Hay quienes bajo el estandarte de "con amig@s nunca", frenan cualquier impuslo o sensación extraña, al punto de reprimir cualquier acto que pueda llevar a la confusión.
Mas, muchas veces, es imposible. Cuando el cosmos confabula, preócupate es decir, cuando todo lo que te rodea se asocia de una froma muchas veces hasta maquiavélica... momento exacto, frases precisas, caricias acertadas y de pronto, sin mediar intención alguna, todo se corona con un inesperado ósculo (ósculo=beso para los que lo ignoraban).. y otro... y otro... y te olvidas de quién está al frente es tu amig@!!! En ese momento te dejas llevar por la transparencia del momento, por la sinceridad de tus actos y todo se mantiene en una hermosa nube h asta el momento justo de la despedida.

Pueden pasar horas antes que tu corazón sufra alguna reacción reacción, generalmente avivado más que nada por la razón y dices: "¡¡¡Pero cómo!!!??? !!!Si es mi amigo!!! y comienzas a cuestionar tus actos, (cuestionar no es símil de arrepentimiento)Te frenas y piensas automáticamente si este imjpulso traerá consigo algún efecto secundario. Pinesas en el feeling que tienen, en lo bien que se llevan y en una suerte de negativismo puro, crees o peor aún, sienets que todo se puede ir al carajo.

Te paras, miras al tu alrededor con la sensación que puedes sentirte observado y te replanteas todo. La serenidad comienza a invadirte y coo en esencia, no nos gusta perder ni menos arriesgar, en tu mente se cruzan frases como "fue sólo el momento, lo entenderá así" "creo que no perjudicará la relación de amistad". Porque es verdad, nuestro temor a la pérdida de un ser nos acobarda; y en un afán de dejar todo rápidamente atrás te acuerdas "que en realidad estás interesad@ en otro fulan@".

Y todo queda ahí >>en el momento lindo donde lo pasamos bien<<.